CORRAL DE LA MORERIA
Aficionado a diversiones y holgorios
Me iba a los bailes de Madrid capital
Plaza de la Opera, Callao, Tirso de Molina
A buscar pareja que encontrase mis anillas
Y pusiera freno en su punto de encuentro
Con el bocado delicioso y soñado
Sin lastimar a la cabalgadura.
Un día, animado por “el Ogüito”
Un joven bailarín con el que me encontré
Haciendo la mili en Alcalá de Henares
Marché con él al Corral de la Morería
En las Vistillas, cerca del puente de Bailén
“El Puente de los Suicidas”
Donde él solía cantar y bailar Fandango
Entre la vocinglería de los presentes
Que daban gritos y saltaban de alegría
Como lo hicieron en su día Gina Lollobrigida
Lana Turner, Claudia Cardinale
Raquel Welch, Marlon Brando
Federico Fellini, entre muchos otros
Que posaron sonrientes e incluso bailando
Con algún bailarín o bailarina.
Por mi amigo, yo me hice Vocinglero
Convirtiéndome en un charlatán con las chicas
A las que invitaba a una copa o dos
Para robarles un beso, gritándoles al oído
Algo Azorado como el amor de hortelano:
-¡Al Avío¡ ¡Vamos¡ ¡Manos a la obra¡
Enseñándoles una Faca o navaja
Como la que usan los marineros en su faena
O usaban los bandoleros de Andalucía
Como el famoso Luis Candelas
Para conseguir los deseos de sus amadas
Y hacer con ellas lo que se quiera.
Me gasté una pasta, y sólo recibí calabazas
Cuando ellas adivinaban que mi faca
Era de caramelo de menta
Porque tenía tos y me picaba la garganta.
Al marchar, mi amigo me cantaba:
-“Aire, que se va
La niña a la ribera
Aire, que se va
Que el aire la lleva”.
Y yo le repetía:
-“Tú no te llamas María
Ni Carmela ni Pilar
Te llamarás cada día
Como te quieran llamar
Por ser mujer de la Vida”.
Daniel de Culla